La transferencia de energía debe realizarse con la mayor eficiencia posible, de modo
que debe buscarse el acoplamiento óptimo entre las impedancias de los diversos
elementos del sistema. De no ser así, una parte importante de la energía recibida o
transmitida serán reflejadas en la línea de transmisión dando lugar a ondas
estacionarias que no contribuyen a la energía útil y que, además, son causa de
distorsiones en la señal transportada por la onda electromagnética y de pérdidas por
calentamiento en los diversos componentes del sistema línea-antena. Para que una
antena sea eficiente, es decir, para que radie la mayor parte de la energía que se le
suministre, o que transmita al receptor la mayor parte de la energía que capture, sus
dimensiones deben ser del orden de una longitud de onda, λ. En la práctica las
dimensiones de la antenas se sitúan entre alrededor de 1/8λ y alrededor de una λ. Si
sus dimensiones son mucho menores su eficiencia se reduce considerablemente.
Para entender el funcionamiento de una antena, es necesario conocer primero el
comportamiento de una línea de transmisión que sirve para transportar o guiar los
campos eléctricos y magnéticos que varían de manera temporal en relación a su
frecuencia, desde la fuente generadora hasta una carga o sumidero que puede estar a
una distancia mucho mayor que la longitud de la onda y que se propagan por la línea a
una velocidad p v .
que debe buscarse el acoplamiento óptimo entre las impedancias de los diversos
elementos del sistema. De no ser así, una parte importante de la energía recibida o
transmitida serán reflejadas en la línea de transmisión dando lugar a ondas
estacionarias que no contribuyen a la energía útil y que, además, son causa de
distorsiones en la señal transportada por la onda electromagnética y de pérdidas por
calentamiento en los diversos componentes del sistema línea-antena. Para que una
antena sea eficiente, es decir, para que radie la mayor parte de la energía que se le
suministre, o que transmita al receptor la mayor parte de la energía que capture, sus
dimensiones deben ser del orden de una longitud de onda, λ. En la práctica las
dimensiones de la antenas se sitúan entre alrededor de 1/8λ y alrededor de una λ. Si
sus dimensiones son mucho menores su eficiencia se reduce considerablemente.
Para entender el funcionamiento de una antena, es necesario conocer primero el
comportamiento de una línea de transmisión que sirve para transportar o guiar los
campos eléctricos y magnéticos que varían de manera temporal en relación a su
frecuencia, desde la fuente generadora hasta una carga o sumidero que puede estar a
una distancia mucho mayor que la longitud de la onda y que se propagan por la línea a
una velocidad p v .
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